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Villa Francisca, sector emblemático de SD, esconde miseria entre edificaciones

Villa Francisca, un tramo comprendido entre las avenidas México, Duarte, 27 de Febrero y Francisco Alberto Caamaño (Del Puerto), es un barrio emblemático de Santo Domingo que está sumido en el abandono, la suciedad y el derrame de aguas residuales. A eso se suma que la gran mayoría de sus moradores vive del chiripeo.

Como su característica es la marginalidad, esta trae consigo la inseguridad, que se manifiesta con asaltos, atracos y consumo de sustancias prohibidas con un microtráfico que se expande por todas partes.

Con sus sectores Borojol y La Loma del Chivo, este barrio con alrededor de 20 mil personas no ha sido favorecido por los diferentes gobiernos que han pasado por el país desde los años 80 hasta la fecha.

Como para cubrir la miseria que lo caracteriza, la gestión del presidente Joaquín Balaguer lo rodeó de apartamentos en su periferia, dejando enclavadass en el centro las tradicionales casas de madera, muchas de las cuales han sido vendidas y convertidas en centros comerciales, sobre todo las más cercanas a las avenidas Duarte y José Martí. Otras se deterioran paulatinamente.

El párroco de la iglesia La Santísima Cruz, Abraham Apolinario, considera que Villa Francisca también perdió esplendor cuando la gestión que encabezó Leonel Fernández construyó los elevados sobre avenidas París y 27 de Febrero.

Precisa que el problemas del derrame de aguas residuales en las calles del lugar se agravó con la construcción de los elevados, ya que taparon los desagües, sin importar las consecuencias.

“Desde esa época el drenaje quedó separado del sistema sanitario, de ahí que se observen las viviendas lanzando las aguas negras a las calles, lo que provoca a su vez enfermedades y un constante hedor en todo el barrio”, apunta.

Resalta que ya la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) iniciará la solución del problema sanitario con su intervención en la calle Licey para continuar luego en la París hasta conectar todo el barrio al sistema.

A la gran cantidad de casas deterioradas se agrega el problema de la basura, aunque a decir de algunos vecinos la recolección ha mejorado sustancialmente en la gestión del alcalde David Collado. Indican que ninguno de los alcaldes que ha tenido la ciudad ha querido enfrentar la arrabalización de la Duarte con París, algo a lo que se comprometió Collado pero no ha tomado acciones en ese sentido.

Recuerda al ejecutivo municipal que también tiene pendiente la construcción de un puente peatonal sobre la avenida México, debido a que con frecuencia ocurren accidentes fatales en esa vía con personas que tratan de cruzarla.

Santo Alexis Sánchez denuncia la existencia de puntos de venta de drogas en calles y callejones, así como la gran frecuencia de robos y asaltos a personas que caminan por las vías.

Narra que como en el barrio hay más de 30 rutas de guaguas, por tanto, hay mucho movimiento de personas y dice que en esa misma medida aparecen los asaltantes, quienes se lanzan a tumbar celulares, cadenas y otras prendas, no solo al que va caminando sino también a quienes van dentro de los vehículos con los cristales abajo.

Ernesto Morillo (Macabí) recuerda que a principio de los 60 en Borojol abundaban los negocios de bebidas y baile, donde acudían los trabajadores del muelle, los que fueron desapareciendo a medida que avanzaba la modernidad y así fue cayendo el barrio.

Tomado de http://hoy.com.do

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