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Los ‘chalecos amarillos’ desafían al Gobierno francés con nuevos disturbios

Las manifestaciones han sido convocadas como un “ultimátum” a Macron, días antes de que el presidente anuncie su plan de medidas económicas y sociales

Ni el inminente anuncio de medidas como una esperada bajada de impuestos, ni el momento de unidad nacional vivido tras el incendio de la catedral de Notre Dame ni, tampoco, el inicio de las vacaciones de Semana Santa. Nada ha impedido que los chalecos amarillos hayan vuelto a tomar este sábado, y van 23, las calles de París y otras grandes ciudades de Francia, en unas protestas convocadas como un nuevo “ultimátum” contra el presidente, Emmanuel Macron, y vividas bajo fuerte tensión por la potencial amenaza de grupos minoritarios pero radicales que el Gobierno dijo temer se hubieran infiltrado entre los manifestantes pacíficos.

Hasta 60.000 policías han sido desplegados en varias ciudades francesas este sábado, entre ellas en la capital, donde varios miles de chalecos amarillos han vuelto a concentrarse desde primeras horas de la mañana. Las autoridades locales habían prohibido el paso de las manifestaciones por puntos clave de la ciudad, en el caso de París, una vez más, los Campos Elíseos o, tras el incendio, en el área de Notre Dame. Numerosas estaciones de metro también se han cerrado.

Aunque el número de manifestantes se ha mantenido a la baja las últimas semanas —31.000 el sábado pasado en todo el país, 5.000 en París—, las autoridades reconocieron en vísperas de la jornada su temor a un nuevo repunte de la violencia, días antes del esperado anuncio de Macron de medidas económicas y sociales para responder a los reclamos de los chalecos. El mandatario tenía previsto haber pronunciado un discurso anunciando las primeras medidas el pasado lunes, pero el incendio de Notre Dame provocó su cancelación. Finalmente, el Elíseo ha anunciado que Macron desvelará sus propuestas el jueves que viene.

Al mediodía, hora del primer recuento -siempre más bajo que las cifras finales de la jornada- del Ministerio del Interior, el número de manifestantes en toda Francia era de 9.600, de ellos 6.700 en París, centro de las protestas en esta vigesimotercera jornada de acciones. Según la Agencia France Presse, una nota interna del prefecto de policía de París, Didier Lallement, advertía de que un “bloque radical de 1.500 a 2.000 personas, compuestos de chalecos-ultra y de miembros de movimientos contestatarios” podrían buscar provocar el caos en la capital francesa. Pasado el mediodía, la prefectura de policía ha anunciado en las redes sociales la constitución de “grupos violentos” en el cortejo de chalecos amarillos que, después de congregarse ante el Ministerio de Economía, avanzó hacia la céntrica plaza de la República y ha llamado a los manifestantes a desvincularse de los violentos.

De hecho, las primeras escaramuzas con la policía no tardaron en producirse. Decenas de encapuchados de negro, marca de los militantes radicales conocidos como black blocs, lanzaron piedras contra las fuerzas del orden y algunos incendiaron motocicletas y contenedores de basura en los alrededores de la céntrica plaza, según registró Reuters. Los agentes empleaban gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersarlos, aunque muchos permanecían pese a ello en la plaza y sus alrededores horas después de haber acabado formalmente la marcha de los chalecos amarillos.

Hasta la tarde, las fuerzas del orden habían realizado más de 17.500 controles preventivos y, solo en París, 189 personas habían sido detenidas. De ellas, al menos 70 fueron puestas bajo custodia policial. El principal temor de las autoridades es un repunte de la violencia como el vivido el 16 de marzo, cuando los denominados black blocs se unieron a los chalecos amarillos y provocaron una nueva jornada de saqueos y violencia en las calles de París.

Más allá de París, centro en esta jornada de las protestas, también se produjeron algunas tensiones en Burdeos, plaza tradicional del movimiento de los chalecos amarillos y donde la policía había bloqueado el acceso al centro de la ciudad. En Toulouse, miles de personas se congregaron en la plaza Jean-Jaurès, precedidas por decenas de motoristas que también portaban chalecos amarillos, según AFP

Tomado de https://elpais.com

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