Cuatro muertos en el ataque de manifestantes iraquíes al Consulado iraní en Kerbala
Cuatro manifestantes han resultado muertos en la madrugada de este lunes en Kerbala, tras enfrentarse a los policías que les impedían el acceso al Consulado de Irán en esa ciudad iraquí. De acuerdo con fuentes médicas citadas por las agencias de noticias, las fuerzas de seguridad utilizaron gas lacrimógeno y munición real. El incidente se produjo poco después de que el primer ministro de Irak, Adel Abdelmahdi, hiciera un llamamiento al cese de las protestas que empiezan a paralizar la actividad económica de buena parte del país.
Los iraquíes han hecho oídos sordos a las palabras de Abdelmahdi. Al contrario, son cientos si no miles quienes han seguido sumándose este lunes a los manifestantes de la plaza de Tahrir, en el centro de Bagdad. Allí, la noticia de los muertos en Kerbala ha caldeado aún más los ánimos. Una fuente del Ministerio del Interior citada por Efe ha afirmado que al menos siete personas han muerto y otras 12 han resultado heridas este lunes cuando la Policía iraquí dispersó a los manifestantes sobre un puente de la capital empleando gas lacrimógeno y mangueras de agua.
En Kerbala, alrededor de las diez de la noche del domingo, varios cientos de personas se congregaron frente a la representación diplomática iraní en Kerbala, a un centenar de kilómetros al sur de Bagdad y sede de uno de los principales mausoleos chiíes. Los manifestantes pretendían entrar en el Consulado y arriar la bandera de Irán que ondea sobre el edificio. Ese país vecino está en el centro de las críticas de las protestas que desde el 1 de octubre sacuden Irak debido a su influencia sobre la clase política local y, sobre todo, las milicias que apadrina.
Al no poder acceder a la sede diplomática debido a la protección policial, la multitud intentó prenderle fuego. En los choques que siguieron, 3 civiles resultaron muertos y otros 12 heridos, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Aunque las autoridades han dejado de dar datos sobre víctimas desde el pasado miércoles, la Comisión sigue recopilándolos y compartiéndolos con políticos y académicos. Más tarde, fuentes médicas han elevado a cuatro los manifestantes por heridas de bala. A estas alturas, el total de fallecidos desde el inicio de las protestas supera los tres centenares.
“Quieren matarnos, no dispersarnos, no tiran al aire”, acusaba un joven manifestante citado por la agencia France Presse. “Protegen el consulado de un país extranjero mientras que nosotros sólo queremos que nuestro país sea libre sin que le gobierne ningún otro”.
Las quejas contra la intromisión de Teherán en los asuntos iraquíes han sido constantes desde el viernes 25 de octubre cuando se reanudaron las manifestaciones contra el sistema político y la corrupción que ha apadrinado. Aunque dos tercios de los 39,5 millones de iraquíes comparten el islam chií que es religión oficial de Irán, han terminado hartos de los partidos islamistas (la mayoría de ellos vinculados al país vecino) y quieren dejar el sectarismo fuera de la política.
Hace una semana, al menos 18 manifestantes resultaron muertos en la misma ciudad de Kerbala cuando las fuerzas de seguridad y, según algunos testigos, “hombres vestidos de negro” no sólo dispararon contra ellos, sino que persiguieron por los callejones a quienes intentaban escapar. El incidente, negado por las autoridades, se produjo poco después de que un influyente líder de las Fuerzas de Movilización Popular ordenara a sus hombres “oponerse al desacuerdo” a raíz de que los participantes en las protestas quemaran un retrato del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, y atacaran sedes de partidos y milicias asociados con Irán.
Tomado de https://elpais.com/