Comunidades de Cotuí sufren trago amargo de la escasez de agua
En La Piñita, La Cerca, Las Lagunas, Naranjo, Jobo Claro y Arroyo Vuelta atribuyen parte del problema a minera
Sánchez Ramírez.- En las comunidades La Piñita, La Cerca, Las Lagunas, El Naranjo, Jobo Claro y Arroyo Vuelta están sufriendo con fuerza y en carne propia los efectos que deja la escasez de agua.
Las quejas de sus residentes indican que “no se trata solo de una situación provocada por la sequía, sino que es una consecuencia de los duros golpes que ha asestado la empresa minera Barrick Pueblo Viejo a las fuentes de agua de la zona”.
Por aquí los lamentos vienen de todos lados; los afectados son muchos. Provienen de ancianos como el vecino de Paula Villanueva, de señoras rodeadas por la pobreza, como Mitelia Lima, y de Santos Hernández, un señor que usa un burro como “vehículo de transporte” para cargar algunos galones de agua sucia, de los escasos lugares donde en ciertos tiempos aparece el líquido.
“Por aquí las tuberías hace mucho no funcionan. Hasta eso ha sido afectado por la mina”, le dice Mitelia al periódico elCaribe, en una conversación cercana a la pequeña pocilga de su propiedad que alberga varios cerdos. El olor que rodea el lugar es suficiente para saber que por aquí el agua no es un visitante asiduo.
“Tenemos entre ocho y diez años padeciendo esto”, calcula María de la Cruz, mientras saca para mostrar una cantidad de botellones vacíos. “Nos dan 15 botellones a la semana, pero con eso hay que hacer todo, incluyendo la limpieza, el baño y todo lo demás. La empresa ha afectado todo lo que tiene que ver con agua por aquí. Cuando viene visita a la casa tengo miedo hasta de que me pidan agua muy de seguido, o de que se ofrezcan algunas necesidades fisiológicas, porque no hay agua. Antes vivíamos rodeados de todas las aguas buenas en esta comunidad y hoy estamos sufriendo sed. Aquí se ha dañado todo lo que tiene que ver con agua”, asegura.
“Había 21 cañadas y está el río principal, que es Maguaca, donde desembocaban esas cañadas”, rememora María, poco antes de pedirle al fotorreportero Edward Roustand fotografiar cada cosa “para que luego no salgan a decir que todo es mentira”. “Es bueno que tomen foto de todo, para que evitar que después la minera y el Ministerio de Energía y Minas quieran decir que todo está bien, para que ustedes se lo escriban en el periódico”, aconseja.
María luce molesta mientras conversa y no lo disimula. “Hoy han desaparecido las fuentes de agua y no tenemos agua para los animales ni para bañarnos. Y la que nos dan para tomar es poco para cocinar y beber. El Gobierno ahí ha tenido una falla muy grande, porque no nos ha podido recompensar el daño que nos ha hecho la empresa Barrick Gold. Se supone que la empresa negoció con el Gobierno y el Gobierno debió ampararnos. Le hacemos un llamado al Presidente para que se acerque a Las Lagunas y a las demás comunidades y a los moradores. No queremos que nos mande para acá al ministro de Energía y Minas, porque el ministro siempre le dirá al Presidente que las cosas están bien. Queremos que sea el Presidente el que llegue hasta aquí. Cuando él manda esa gente, a esos funcionarios, ellos se quedan por ahí y nosotros no escuchamos ni sabemos lo que ellos hacen. A los que suelen mandar es a empleados, pero a esos empleados no les duele nada de esto, a ellos nosotros no les importamos”, asegura María de la Cruz.
Mientras, Mitelia indica que desde Cotuí (municipio cabecera de la provincia Sánchez Ramírez) le llevan tres botellones de agua para consumo tres veces a la semana. “Es pasándola todas que estamos. Esto es una cosa seria”, sostiene.
“Esto es un abuso. Me ha dolido lo que la mina ha hecho con nosotros”, dice desde otra comunidad la señora Paula Villanueva. “Y debo informarle a ustedes periodistas, que cuando uno se queja, hay personas que suelen amenazarnos para que nos callemos. Ocurrió hace un tiempo cuando vinieron hasta mi casa”, informó. Cuando este periódico le pide ofrecer los nombres de esas personas, a Villanueva no le fue posible, porque no conoce los nombres, siempre partiendo lo que expresado por la dama.
Una de las voces más críticas de la zona es la de Ramón Ventura. Con Ramón elCaribe recorrió una amplia zona donde se observan cañadas y otros afluentes totalmente secos, así como plantaciones de rubros diversos y lugares donde se observa un importante corte de árboles en las inmediaciones de la Barrick. “Mire este río, El Naranjo, está seco no solo por la sequía, que es un fenómeno natural, sino por los trabajos que realiza la Barrick Gold”, explica.
“Este era un río de donde nos suplíamos seis comunidades y ahora estamos comprando agua a 100 pesos. No es por la sequía que estos ríos están secos, sino porque hay un desastre ahí arriba en la presa de cola, donde han cortado todas las venas acuíferas y estamos sin agua. Le hacemos un llamado al presidente Danilo Medina. Tenemos ocho años en esta situación. Estamos sin agua, no aguantamos más. Dejamos de comprar una libra de pollo para comprar un tanque de agua diario a 100 pesos, de un pozo que está paralelo a una presa, en lo que era la antigua Rosario Dominicana y para tomar, el chin de agua que nos traen no es suficiente”, sostiene.
Y agrega: “La empresa minera ha desmontado toda la cabecera de lo que es y era el río El Naranjo. Así no se puede vivir. Con esta agua hacíamos de todo y ahora no sirve ni para los cerdos. Hay cañadas que le caen a este río que nacen de la presa de cola. Hemos hecho todo tipo de denuncias y no nos hacen caso. Mientras el Ministerio de Energía y Minas le dice a la opinión pública que por aquí se está trabajando y que la cosa está bien y la minera publica cosas, diciendo que hace una minería responsable, nosotros decimos que eso no es minería responsable”, plantea Ramón Ventura.
Tomado de https://elcaribe.com.do