La inesperada oportunidad de volver a votar el Brexit
La campaña para un segundo referéndum se beneficia del apoyo laborista y el hastío ciudadano
La decisión política más trascendente que Reino Unido ha adoptado en las últimas décadas, el Brexit, es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos. Los responsables de la campaña People’s Vote (el voto de la gente), que persiguen la celebración de un nuevo referéndum sobre la salida o permanencia en la Unión Europea, cuentan ahora con el viento a su favor y ven cómo sus velas comienzan a hincharse. La sensación general de que el Gobierno conservador ha sido incapaz de negociar con Bruselas un buen acuerdo y traerse de vuelta todas las promesas de leche y miel que se hicieron hace dos años ha logrado que muchos británicos empiecen a considerar que el único modo de salir del enredo es volver a votar.
“La élite política de este país ha sido incapaz de resolver un auténtico lío. Es lógico que la gente tenga derecho a expresar su opinión de un modo democrático. Nadie compraría una casa ni firmaría ningún contrato sin mirar primero cuál es su estado por dentro”, defiende apasionadamente James McGrory. El brillante asesor político que ejerció de portavoz del vice primer ministro Nick Clegg, durante los años en los que los liberaldemócratas se coaligaron con los conservadores, es uno de los fundadores de Open Britain. Esta es una de las nueve organizaciones que se han agrupado en torno a People’s Vote. Han logrado que casi medio millón de personas se registre y participe en su causa. Han recaudado casi un millón de euros en pequeñas donaciones particulares, pero también han logrado golpes de efecto que han multiplicado su resonancia, como el cheque por valor de 1,2 millones de euros que les entregó Julian Dunkerton, cofundador de la exitosa cadena de moda Superdry.
People’s Vote logró sacar a las calles de Londres a cerca de 100.000 personas el pasado junio. Ahora pretenden subir la apuesta. El tiempo se agota. La fecha del Brexit, prevista para el próximo 29 de marzo, está cada vez más cerca. Saben que se encuentran ante una última oportunidad de enderezar la situación y han convocado otra gran manifestación el 20 de octubre.
No proponen volver a consultar a los ciudadanos si desean salir o quedarse en la UE. Eso, dicen, ya fue respondido hace dos años. Lo que buscan es dar a los británicos la oportunidad de tener la última palabra, poder decir si el pacto que alcance la primera ministra, Theresa May, con Bruselas, si llega a alcanzarlo, o si se produce un Brexit a las bravas, sin acuerdo alguno, les convence.
“Como explicaba hace poco un miembro de la Cámara de los Lores”, cuenta Femi Oluwole, portavoz de la organización juvenil Our Future’s Sake (por nuestro futuro), “si prometes a tus dos ancianas tías que las vas a llevar al cine y luego compruebas que las dos únicas películas que ponen son Reservoir Dogs o La matanza de Texas, puedes obligarles a apechugar con la decisión democrática que han tomado o puedes volver a preguntarles si realmente no prefieren cambiar de plan”.
Los jóvenes han tenido un papel importante en la campaña de People’s Vote. En su gran mayoría, votaron a favor de permanecer en la UE. Y los que en estos dos años han alcanzado la mayoría de edad, según los sondeos, se inclinan por la misma opción. Oluwole argumenta con pasión la necesidad de que toda una generación tenga derecho a tener voz en una decisión que afecta a su futuro.
Y junto a ellos, las mujeres. Rachel Franklin, directora de campaña de Women for People’s Vote, cree que el factor femenino puede ser decisivo para que se replantee el debate en Reino Unido. “Si en 2016 las mujeres votaron prácticamente en proporciones similares a los hombres, hoy se han distanciado de ellos en la opción del Brexit en casi 12 puntos”, explica Franklin. “El principal apoyo lo tenemos de madres trabajadoras con hijos de menos de diez años, las más preocupadas por el futuro del país. Y, sin embargo, solo el 11% del equipo que negocia y prepara el Brexit en el Gobierno son mujeres. Hemos sido olvidadas”, lamenta.
People’s Vote celebra la decisión adoptada por la oposición laborista en su congreso anual de Liverpool de respaldar una segunda consulta si no logra en primer término forzar un adelanto electoral. Principalmente porque dan por descartado que esas elecciones anticipadas se celebren. Tom Baldwin, que trabajó durante años codo con codo con el antecesor de Jeremy Corbyn al frente del Partido Laborista, Ed Milliband, lo tiene claro: “Hay muchos diputados conservadores que se han mostrado dispuestos a respaldar un segundo referéndum antes que derribar a su propio Gobierno. Veo muchas más posibilidades en la celebración de una segunda consulta”, asegura. Baldwin es el director de comunicación de la campaña de People’s Vote, y el primero en señalar que, hace dos años, los partidarios de la permanencia en la UE no supieron convencer a la ciudadanía.
“Con Trump en la Casa Blanca, Putin en el Kremlin, China cada vez más poderosa y el nacionalismo en expansión por todo el mundo, la idea, no solo de abandonar la UE sino de intentar perjudicar ese entorno de seguridad para nuestros derechos sociales y políticos es una locura”, afirma.